Amo las Palomas de tus Manos


Amo las palomas de tus manos que en su suave
aletear sobre mi espalda entretejen su nido de
esperanza en el risco de mi omóplato rendido,
luego sobrevuelan con más tino sobre mi cuello
en tensión en el que aflora la angustia  y los 
problemas resabidos, allí  se posan tibias,
temblorosas, se arrullan, se acicalan, 
se enamoran. 

Amo este momento en que tus manos,  palomas
aferradas a las mías acrecientan la línea del amor
y se funden en la línea de la vida, adoro tus  zureos
exaltados,  tus dedos largos, tus uñas nacaradas,
tus manos de guerrera  que defienden, palomas
mensajeras que trabajan, ala con ala junto
a la ventana de mi pecho encendido.

















Un Beso Ardiente


Que libe en mi boca tu lengua la miel  de mí
férrea estructura y me socave tu papila
ardiente diluyendo mi savia germinal en tu boca. 

Solo soy un hombre vestido de camisa firme y pantalón erguido,
¿Quién quiere calzado cuando un beso fiero te muerde en los labios 
y entre pecho y espalda te  anida un romance imprevisto?,

Decides  frotar y  libar como un pájaro astuto en 
su sexo, te arrancas ansioso el vestido y enroscas 
como una serpiente tu lengua en su lengua,
compartes el beso sublime,  degustas su cuerpo divino
y luego descansas  sudoroso gozando del fruto del conocimiento.

Solo soy un hombre  desnudo al que le han dado un beso
de fuego en la boca.


















Éxtasis 


Poséeme 
arde en éxtasis 
hunde  en mi pubis tu signo de alabastro 
posa tu lengua en mi centro
besa la herida 
que la herida se nutra con tu savia 
que mi sangre  se inflame con tus  besos 
que  nuestro cuerpo desnudo torne al barro 
y el barro vuelva al soplo primigenio 
que el soplo torne al fruto del pecado 
y el fruto vuelva al éxtasis de nuevo.